Este pastel de chocolate con crema de queso y chocolate blanco es un acierto siempre porque gusta tanto a grandes como a niños. La combinación de chocolate negro y el blanco con un toque muy suave de queso untable es un clásico que no falla. Y si la quieres servir de postre puedes acompañarla con alguna fruta fresca como frambuesas o fresas y le darás un toque fresco y frutal y quedará genial.
El bizcocho de cacao es ideal porque está hecho con aceite en lugar de mantequilla y así, aunque esté frío y recién sacado de la nevera, sigue estando súper esponjoso y tierno (la mantequilla al enfriarse endurece y también lo hace dentro de un bizcocho). Yo uso aceite de girasol para no añadirle sabor, pero si tu prefieres otro aceite puedes reemplazarlo sin problema.
La crema no es muy dulce a pesar de ser de chocolate blanco. Así que los detractores de este tipo de chocolate no se asusten, que no los empalagará. Su función, además de endulzar levemente y de dar sabor, es sobre todo la de dar cuerpo y endurecer la crema y así hacerla apta para rellenar un pastel.
Y para darle un toque extra de sabor a chocolate y de textura crujiente por encima lleva unos hilos de chocolate con leche. A mí me gustan de chocolate con leche porque el pastel en general es muy suave y creo que le va bien este tipo, pero si prefieres un sabor más pronunciado puedes utilizar chocolate 50 o 70%. Para que no quede un chocolate extremadamente duro y dificulte cortar el pastel (que estará en nevera y por lo tanto frio) le añado una cucharadita de aceite de girasol logrando así que endurezca pero no tanto. También puedes usar aceite de coco, pero ten en cuenta que notarás un leve sabor a coco.
Espero que lo hagas y sobre todo que lo disfrutes mucho. Y si lo haces estaré encantada de saber cómo te fue y que te pareció. Puedes encontrarme en mi mail info@florentinebakeshop.com o en Instagram en @florentinebakes . Y por suerte no dudes en escribirme si tienes alguna consulta.
BIZCOCHO DE CACAO CON FROSTING DE QUESO Y CHOCOLATE BLANCO
Para el bizcocho de cacao
4 huevos
150 g de azúcar
100 g de azúcar moreno
160 ml de nata para montar
100 g de aceite de girasol
170 g de harina
50 g de cacao
1 ½ cdta de levadura química
Enciende el horno a 180º C.
Mezcla el aceite con la nata y reservalos.
Tamiza la harina, el cacao y la levadura química. Resérvalas.
Bate los huevos con las azucares hasta que estén espumosos y se vuelvan blanquecinos. Añade el aceite y la nata en forma de hilo a mano o con la velocidad de la batidora muy. Incorpora los sólidos tamizados con una espátula haciendo movimientos envolventes.
Vierte la masa en un molde untando con mantequilla y enharinado de unos 25 cm de diámetro y hornéalo durante 30/40 minutos o hasta que al insertar un cuchillo o brocheta salga limpio.
Desmóldalo y déjalo enfriar.
Para el frosting de queso y chocolate blanco
100 g de chocolate blanco
130 g de nata para montar
70 g de mascarpone
140 g de queso crema tipo Philadelphia
25 g de azúcar glace o impalpable
Funde el chocolate blanco a baño maría o en el microondas calentándolo a intervalos de 30 segundos y revolviendo entre ellos. Calienta la nata, viértela sobre el chocolate y revuelve hasta tener una crema lisa. Déjala enfriar en la nevera durante unos 30/40 minutos (debe estar bien fría, pero sin llegar a endurecerse el chocolate)
Coloca en un bol el mascarpone, el queso, el azúcar y la crema de chocolate blanco. Bate unos minutos hasta monte y tengas una crema blanca y espumosa. Vigila de no pasarte de batido porque se puede cortar. Utilízala inmediatamente.
Para el montaje
50 g de chocolate (negro o con leche)
1 cdta de aceite de girasol
Parte el bizcocho frio en dos y rellénalo con la mitad del frosting. Cúbrelo con el resto del frosting y decóralo por encima con el chocolate fundido y mezclado con el aceite.
Consérvalo en la nevera hasta servir.
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