Caramelo Líquido para flanes: El truco para un desmoldado perfecto

Soy una defensora de las recetas tradicionales, esas que han pasado de generación en generación y nos traen recuerdos de infancia. Pero también hay que admitir que algunas técnicas y trucos pueden mejorarlas sin perder su esencia.

Si eres de los que acaramelan el flan con azúcar directamente en la flanera, sobre el fuego, y luego luchan al desmoldarlo porque el caramelo quedó duro como una piedra… tengo que decirte algo: lo estabas haciendo mal.

¿Por qué cambiar la forma de hacer el caramelo?

Ese caramelo que se endurece en el fondo de la flanera y no se integra bien con el flan es el culpable de que al desmoldarlo apenas tengas jugo. Seguro más de una vez has tenido que calentar la base del molde para intentar rescatar algo de ese caramelo pegado… ¿te suena?

La solución es muy sencilla: preparar un caramelo líquido.

Elaborando un caramelo líquido, conseguirás que al desmoldar el flan caiga sobre él una capa dorada, brillante y deliciosa.

Mas allá del flan: los múltiples usos del caramelo líquido

Además, este caramelo líquido no solo sirve para flanes porque tiene múltiples usos en la cocina y la repostería como por ejemplo:

• Para elaborar flan y budín de pan. Este caramelo es ideal para cubrir los moldes y que el flan no se pegue. Yo te aconsejo elaborar siempre cantidad extra. Te aseguro que cuando sirvas tus flanes me lo agradecerás porque querrás cubrirlos con cantidad extra.

• Como topping de helados, natillas y cremas.

• Para servir con tortitas, crepes y gofres.

• Para endulzar y dar un toque caramelizado a bebidas calientes como café, lattes e infusiones.

• Para dar sabor a batidos y malteadas.

• En bebidas alcohólicas como el "Caramel Old Fashioned".

• Como decoración en pasteles con hilos de caramelo.

  
  
  
  

  

  
  
  
  

Aquí tienes la receta! Espero que te guste y la disfrutes en tus postres favoritos.

CARAMELO LIQUIDO

150 g de azúcar

80 ml de agua hirviendo

En una sartén o cacerola, coloca azúcar a fuego bajo. A medida que el azúcar comience a derretirse y los bordes tomen un tono dorado, usa una cuchara de madera para mover suavemente, rompiendo los terrones que puedan formarse, pero sin revolver demasiado.

Cuando casi todo el azúcar esté disuelto puedes revolver con más libertad. Sigue cocinando hasta que el caramelo tenga un color dorado uniforme.

Aquí puedes decidir el sabor de tu caramelo:

Dorado claro → Más suave y dulce. Apaga el fuego en este punto.

Dorado oscuro → Sabor más intenso y con un toque ligeramente amargo. Déjalo cocinar unos segundos más.

Apaga el fuego y añade agua caliente poco a poco. Ten mucho cuidado porque el caramelo burbujeará intensamente. Es importante que el agua esté bien caliente para evitar un choque térmico fuerte y que la reacción sea más controlada.

Cuando las burbujas disminuyan, remueve bien para que el caramelo se integre con el agua y cocina un par de minutos más hasta que el caramelo este completamente disuelto.

Vierte el caramelo en un frasco de vidrio o un recipiente de cerámica. Déjalo enfriar completamente antes de usarlo.

Y ¡listo! Ya tienes un caramelo líquido perfecto para usar en tus postres favoritos.