El calor ya esta aquí y con mucha alegría le doy la bienvenida a la temporada de helados con estos sandwiches de helado super deliciosos.
Estos que hago aquí son de chocolate con avellanas pero puedes divertirte haciéndolos de diferentes sabores: puedes sustituir la avellana por cualquier otro fruto seco, puedes utilizar chocolate negro, blanco, con leche o 70% de cacao, puedes aromatizar el helado con piel de naranja o limón, con canela o con café y puedes hacer las galletas de vainilla u otro sabor sustituyendo el cacao por harina.
Por ejemplo puedes hacer el helado aromatizado con piel de limón, las galletas de vainilla con ralladura de limón también y bañarlos con chocolate blanco con trocitos de almendra tostada.
A divertirse haciéndolos y a disfrutar comiendolos se ha dicho!
Aquí va la receta:
SANDWICH HELADO CON AVELLANAS Y CHOCOLATE
Para 16 sándwiches pequeños de 3,5 x 6,5 cm
Para el bloque helado de vainilla
160 ml de leche
90 g de azúcar
4 yema
220 g de nata para montar
Vainilla
2 hojas de gelatina (2 g de gelatina)
Pon a hidratar la gelatina en agua fría y resérvala.
Bate en un bol las yemas con un par de cucharadas de leche hasta que se mezclen bien. Resérvalas.
Pon en una cacerolita el resto de la leche junto con el azúcar y la vainilla y llévala al fuego hasta que hierva. Vierte despacio sobre las yemas batiendo continuamente. Pon la mezcla de leche y yemas nuevamente en la cacerolita y llévala nuevamente a fuego bajo sin dejar de remover hasta que espese y nape la cuchara. Si tienes termómetro de cocina debes cocinarla hasta que llegue a 80/85 º C. Ten especial cuidado de que el fuego este muy bajo porque las yemas se pueden cocinar muy rápidamente y formar grumos. Si no puedes controlar la temperatura del fuego o si te sientes con más seguridad también puedes hacerla al baño María.
Apenas la quites del fuego añádele la gelatina hidratada y escurrida y cuélala inmediatamente. Déjala enfriar a temperatura ambiente.
Bate la nata hasta que quede semimontada e incorpórala con una espátula a la crema de leche y yemas ya fría. Hazlo en dos tandas y con movimientos envolventes para no bajar la nata.
Vierte el helado en una bandeja cuadrada de 20 x 20 cm cubierta en su base con un papel de horno y llévalo al congelador por un par de horas hasta que solidifique.
Para las galletas
135 g de harina
15 g de cacao puro
½ cdta de impulsor
30 g de mantequilla
30 g de aceite de coco
75 g de azúcar
1 huevo
Tamiza la harina con el cacao y el impulsor. Resérvala.
Bate un par de minutos la mantequilla con textura de pomada junto con el azúcar y el aceite de coco. Añade el huevo y continúa batiendo hasta que este suave y espumosa. Incorpora los sólidos hasta y mezcla hasta obtener una masa lisa y suave sin amasar demasiado. La masa estará un poco húmeda y pegajosa (no le añadas más harina).
Pon la masa sobre un papel de horno, aplástala un poco, cúbrela con otro papel de horno y alísala con un rodillo hasta que tenga 3 o 4 mm de espesor. Colócala sobre una bandeja plana y llévala al congelador por 1 hora.
Enciende el horno a 180ºC.
Corta las galletas del tamaño deseado (yo las hice de 3,5 x 6,5 cm) con la ayuda de un cuchillo y acomódalas sobre una bandeja con papel para horno. Intenta no tardar mucho para que la masa no se caliente. Pínchalas con un tenedor y llévalas al horno por unos 8 minutos aproximadamente. Si crees que la masa no está lo suficientemente fría después de cortarlas lleva la bandeja con las galletas listas unos 10 minutos al congelador antes de hornearlas, así evitaras que se deformen.
Déjalas enfriar completamente en una rejilla antes de armar los sándwiches.
Para el montaje
100 g de Chocolate
20 g de Aceite de coco
15 g de Granillo de almendra o avellanas
Las galletas
El bloque de helado
Corta el bloque de helado en piezas de igual tamaño que las galletas y colócalas entre dos galletas para formar un sándwich. Llévalos al congelador.
Funde el chocolate en un recipiente profundo (como un vaso, por ejemplo) y añádele el aceite de coco y el granillo. Revuelve bien. Sumerge los sándwiches helados hasta la mitad y acomódalos en una bandeja con papel de horno. Llévalos rápidamente al congelador unas cuantas horas (si son 24 horas mejor, así la galleta tendrá la humedad justa para consumir).
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